domingo, 5 de febrero de 2012

Picor de oreja

Al esqueleto le impresiona, pero antes de la invención del hisopo, esta era la única manera de sacarse la cera de los oídos.

2 comentarios:

Clau dijo...

El esqueleto quiso advertirle, pero llegó tarde. Miró en cambio, impotente, cómo el colibrí portador de la nueva cepa fatal de dengue lo introducía irremediablemente en su amigo. Malthus celebra en su tumba.

Quielo dijo...

¿Un villano alemán que manda colibríes coloridos y en apariencia inofensvos a inocularle dengue a sus enemigos? Me encanta. Menos mal que no se le ocurrió a Hitler.